Elevador de Aguas de Gordejuela

Desde el Mirador de San Pedro y desde muchas zonas del Paisaje Natural Protegido de Rambla de Castro, se puede contemplar hacia el este, las ruinas del Elevador de Aguas de Gordejuela, industria construida en 1903 por la casa Hamilton.

Una obra que marcó un hito en su tiempo por lo complicado de la orografía del terreno y por haberse instalado en su interior la primera máquina de vapor de la Isla de Tenerife. Su objetivo era utilizar las aguas que nacen en Gordejuela para dar fuerza motriz a un molino harinero y elevarlas hasta la zona de cultivo del plátano, que comprendía terrenos de ambos Realejos. Cabe recordar que en aquellos años el Realejo de Abajo y el Realejo de Arriba eran municipios diferentes.

El agua, siempre presente en este espacio protegido, garantizaba que esta región fuera la más verde, fecunda y rica de toda la isla. La vegetación que alberga estos acantilados, además de los bellos palmerales ya mencionados, está compuesta por una serie de especies adaptadas a vivir en condiciones adversas, abundando una de las comunidades de plantas más comunes de las zonas costeras de nuestra isla: el tabaibal-cardonal. Tampoco podía faltar el drago, símbolo vegetal por excelencia de los canarios.