Se trata de infraestructuras derivadas de la producción del vino, componente tan importante en la cultura de Los Realejos.
Siendo conocido el municipio como la catedral del vino blanco de Canarias no es de extrañar que se puedan encontrar lagares repartidos por todo su territorio. Allí se extraía el mosto de las uvas para elaborar los caldos de una calidad reconocida en todo el mundo.
En la zona de la Cruz Santa podemos encontrar tres magníficos ejemplos, uno de propiedad parroquial, otro que da nombre al parque el Lagar y un tercero que marca el territorio donde empieza la zona de la Piñera. Los lagares gemelos del Jardín y el lagar de la Casa del Llano son otros de los muchos que se encuentran repartidos por el municipio.
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