Las primeras noticias sobre la existencia de un recinto dedicado al Apóstol Santiago vienen dadas por el hecho histórico de celebrarse, en este lugar, la rendición de los menceyes guanches en la primavera de 1496. Los castellanos echaron muy pronto los cimientos de una iglesia y se aplicaron a construirla “con la magnificencia que la edad y el tiempo permitían”.
