Este mirador natural se eleva sobre el conocido Risco Blanco, permite una visión generalizada de todo el norte de la isla de Tenerife. En 1921 un grupo de cazadores que venían desde la fiesta de la Cruz de la Degollada, hicieron descanso en el lugar. A uno de ellos se le disparó la escopeta no ocasionando daño a sus compañeros. Ante el milagro decidieron fabricar una Cruz y trasladarla en procesión desde la iglesia de Nuestra Señora de la Concepción hasta La Corona, donde fue colocada. A partir de ese momento se comenzaron a celebrar sus fiestas en torno a la festividad de San Juan Bautista.
